domingo, 1 de septiembre de 2013

Abriendo la puerta de mi bosque embrujado.

No soy un hada, ni una princesa, ni una elfa... pero yo tengo mi propio bosque. Un bosque embrujado, lleno de criaturas sorprendentes, senderos que se pierden en la maleza, madrigueras que parecen puertas a otros mundos, árboles viejos de tronco podrido y hueco, árboles jóvenes que lucen sus primeros brotes de un verde intenso...
A lo largo de mi vida, he ido recorriendo y descubriendo este bosque, tomando decisiones, enfrentándome a peligros de diverso tipo, disfrutando de maravillas incomparables, y creciendo como persona.
Porque el bosque es de alguna manera mi vida, con sus etapas, sus momentos felices o tristes, sus triunfos, sus derrotas, sus errores etc. Quizás la realidad en la que me ha tocado vivir no sea por sí misma tan mágica como las realidades que creo en mi cabeza... pero no por eso es menos increíble o más aburrida.
De hecho, las historias más grandes surgen de vivencias auténticas. La realidad acaba superando a la ficción.
Así que aquí construyo una puerta a mi bosque embrujado, o lo que es lo mismo, a mi vida.